El tema de las hormonas en el pollo ha sido de gran interés desde hace mucho tiempo, pero fue apenas hace un par de años cuando se volvió viral una imagen en la que se mostraban dos pechugas de pollo, una con la piel amarilla, y otra rosada. En la imagen se insinuaba que “el pollo más gordo y amarillo es el más dañino”, y que “la coloración del pollo debe ser blanca”, además de asegurar que, entre más amarillo y más grande sea el pollo, más hormonas agregadas contiene. Pero, ¿esto tiene algo de verdad?
¿Por qué algunos pollos son amarillos?
El color de la piel de los pollos se debe, en parte, a los alimentos que el animal consume. El alimento para pollos se compone, entre otras cosas, de harina de maíz. Existen muchos tonos diferentes de maíz, algunos más blancos y otros amarillos. Si un pollo come más el segundo, se le teñirá la piel de ese color. Esa mezcla de cereales a base de maíz se deposita en la grasa, que va principalmente a la piel del ave. De acuerdo con el nutricionista Edinson Sánchez, de Colegio de Nutricionistas de Lima, “al igual que los humanos que comen mucha zanahoria tienden a ‘broncearse’ más, los pollos cuya alimentación contenga más harina de maíz van a adquirir un color amarillo”.
Otro factor que influye en el color de la carne es la edad del animal, su sexo, actividad física e incluso la forma en la que se sacrifica. Además, el ácido láctico que produce el pollo afecta la firmeza del músculo. Así, cuanto más viejo el animal, más oscura será su carne.
El tamaño «estándar»
Aunque es verdad que hoy en día los pollos suelen ser más grandes que hace algunas décadas, esto se debe a una selección de los mejores ejemplares que ha dado como resultado la crianza de animales más grandes y robustos.
Además, gracias a la producción en masa, ahora los pollos se alimentan con una combinación balanceada de cereales y vitaminas que varía de acuerdo a su etapa de crecimiento. En su primeros días de nacidos se les da un alimento de “inicio”, que más adelante es intercambiado por una combinación creada para fomentar el “crecimiento” y, finalmente, otra de «engorda”. A los largo de 6-7 semanas, el ave aumenta 50 gramos diarios para dar como resultado un pollo de un peso estándar —entre 2.5 y 3 kilos— y características similares.
¿Entonces el pollo no tiene hormonas?
El pollo genera sus propias hormonas, que no tienen efecto en los humanos, pero no es necesario agregar este compuesto para hacerlos crecer. De hecho, inyectar hormonas a los pollos incrementaría los costos de crianza de los mismos. Lo que sí puede ser aplicado son antibióticos, una práctica más común entre los criadores menos formales o con peores condiciones higiénicas.
La carne del pollo en buenas condiciones va del rosado al amarillo o ligeramente anaranjado. Si la carne se ve verdosa o tiene babosa es importante no consumirla, ya que el pollo que no ha sido refrigerado adecuadamente puede desarrollar bacterias como la salmonela.