¿Alguna vez te habías puesto a pensar en que los monstruos también son personas? Esa esa a lógica detrás de el cambio que han hecho los museos al prohibir la palabra «momia», cambiándola por «personas momificadas» para así distanciarse del colonialismo y desechar este término deshumanizador.
El cambio se llevará a cabo en una serie de instituciones culturales inglesas, entre ellos el Museo Británico, para evitar ofender a los antiguos egipcios.
A la iniciativa se sumaron otras instituciones como los Museos Nacionales de Escocia y el Gran Museo del Norte, en NewCastle. De esta manera quieren alejarse de esas “leyendas sobre la maldición de las momias y las películas que las muestran como monstruos sobrenaturales (que) pueden socavar su humanidad”.
Mediante un comunicado, se especificó que el término “momia” no es incorrecto, pero tiene un “efecto deshumanizador”, por lo que instaron en mejor utilizar “persona momificada“, y en caso de conocer el nombre, entonces usar el nombre del la persona que fue en vida. “En otro caso, podemos decir ‘hombre, mujer, niño o niña momificados’, porque hablamos de personas, no de objetos”.
Sin embargo, la palabra “momia” no desaparecerá por completo del Museo Británico, pues aún lo utilizan en algunas galerías, pero el cambio sí aplicará para las nuevas exhibiciones en las que ya escriben “restos momificados de…”, o el nombre, en caso de tenerlo.
La palabra “momia” se asocia con los monstruos y maldiciones tras el hallazgo de estos cuerpos embalsamados, especialmente en 1922, con la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, Egipto. El egiptólogo Lord Carnarvon, encargado de la expedición, falleció al poco tiempo de descubrirla, al igual que otras seis personas que se encontraban en el lugar tras abrir la cripta. Desde entonces, la “maldición” de la momia tomó fuerza y fue impulsada por medio de la ficción.