La Secretaría de Educación Pública, a través de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM), determinó que el horario de asistencia de los alumnos que decidan volver a las escuelas el próximo 7 de junio podrá ser de hasta 4 horas, aun para las Escuelas de Tiempo Completo y que cada sesión durará un máximo de 50 minutos.
Los papás deberán presentar una carta compromiso de corresponsabilidad cada semana, en la que manifiesten que el estudiante atendió las medidas de higiene y que no presenta síntomas de enfermedad respiratoria.
De acuerdo con el documento Orientaciones sobre el regreso a la escuela durante el ciclo escolar 2020-2021, el gobierno de la Ciudad de México aplicará pruebas aleatorias para detectar covid a los adultos que acuden cotidianamente en las escuelas.
Según la guía dirigida al personal educativo de la CDMX, una vez que se tenga conocimiento de qué estudiantes asisten y quienes continuarán a distancia, es importante tomar en cuenta a aquellos con los que se ha tenido una comunicación intermitente o nula, dado que la mayor parte de este grupo de estudiantes presenta limitaciones para el trabajo a distancia, y requiere de una intervención pedagógica específica por parte de los docentes.
Por las características de estos alumnos, es necesario reforzar las actividades para fomentar el gusto e interés por asistir a la escuela, apoyar sus emociones, brindándoles la confianza y seguridad los días que asistan”, señala.
En este contexto, se plantea que durante la jornada escolar se deberán incluir actividades lúdicas, amenas y de interés para los estudiantes.
Sin hacer referencia a la intervención de sicólogos o sicopedagogos, el texto pide impulsar a las y los estudiantes a que manifiesten sus experiencias y emociones, a través de asambleas de grupo, diarios, cartas, poemas, historias, pinturas, dibujos, música, escultura para apoyarlos de manera socioemocional.
También, aprovechar la educación artística y la actividad física como medios para generar ambientes de confianza; cantar, crear versos, hacer juegos rítmicos con tambores y/o palmas, caminar juntos por la escuela contando historias, realizar concursos o competencias donde pongan en juego reglas en las que reconozcan actitudes y valores para la convivencia. Y jugar con los estudiantes para generar seguridad, confianza y aceptación.