El consejero delegado de Pfizer, Albert Bourla, vendió el 62% de sus acciones de la compañía por valor de 5.6 millones de dólares este lunes, el mismo día que la farmacéutica divulgó los resultados preliminares positivos de su vacuna anticovid y se disparó en bolsa, según documentos de la Comisión del Mercado de Valores de EU.
De acuerdo al documento, Bourla vendió 132,508 acciones a un precio de 41.94 dólares, cerca de su cotización máxima, como parte de un plan predeterminado de correduría para empleados al que el ejecutivo se suscribió este pasado agosto, cuando la empresa aún estaba añadiendo participantes a la fase avanzada del ensayo clínico de la vacuna.
El lunes, la estadounidense Pfizer anunció que la vacuna experimental que desarrolla junto a la alemana BioNTech tiene una efectividad del 90% en los resultados preliminares de la última fase, un dato muy superior al que esperaban las autoridades y que generó una oleada de optimismo en todo el mundo, incluidos los mercados, que registraron fuertes ganancias.
Según dijo un portavoz de Pfizer a medios, Bourla lleva 25 años en la farmacéutica y es propietario de una “cantidad sustancial de acciones” bajo diferentes planes de ahorros, y había autorizado a la firma gestora de los mismos a vender una parte si alcanzaban “un cierto precio”, por lo que ahora le quedan unos 82,000 títulos, lo que representa “nueve veces su salario”.
También vendió acciones como parte de un plan predeterminado este pasado lunes la vicepresidenta ejecutiva de Pfizer, Sally Susman, que se embolsó 1.8 millones de dólares en la operación, según documentos del regulador bursátil (SEC, en inglés).
Los ejecutivos de las grandes firmas suelen vender acciones por intervalos a través de este tipo de planes de gestión de capital que se acogen a la ley, pero algunos deciden retrasar esos movimientos para evitar que parezca que aprovechan acontecimientos que disparan sus precios.
Hace unos meses, algunos ejecutivos de Moderna vendieron grandes cantidades acciones tras anunciar resultados prometedores en una fase inicial, lo que generó críticas e incluso una advertencia del presidente de la SEC, Jay Clayton, para que las empresas practiquen “buena higiene corporativa” en “estos tiempos”.