Es uno de los productos más utilizados en la cocina, no hay forma de negar que ayuda a realzar el sabor y consistencia de muchas preparaciones. Sin embargo el caldo de pollo en polvo o cubos en realidad es 1% de pollo y 99% de muchos otros aditivos y químicos que justamente hacen que la comida sepa mejor. Te contamos algunos de los otros ingredientes en este producto.
Sal, mucha sal. El caldo de pollo suele tener hasta 2 gramos de sal por 100 ml de consomé. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), un adulto no debería de consumir más de 6 gramos de sal al día. En los empaques también lo puedes encontrar como “contenido de sodio”.
Grasa de pollo. Esto es a partir de huesos y trazas de pollo (la carne y cartílagos que no suelen ser consumidos). Suele conformar el 4% de los ingredientes y además de aportar sabor ayuda a mejorar la consistencia del caldo.
Polvo de pollo. En la mayoría de los caldos de pollo comerciales, esto apenas alcanza el 1.4% del contenido total. Lo sacan a partir de carne deshidratada y constituye aproximadamente 1 gramo del contenido neto.
Glutamato monosódico. Uno de los ingredientes más polémicos en los alimentos procesados. Es conocido por aportar umami que resalta todos los sabores, pero cuando es agregado artificialmente también suprime la sensación de saciedad.
Azúcar. Aunque es un producto salado, se le agrega un poco de azúcar (cerca de 6 miligramos) para resaltar los sabores.
Otros de los componentes que suelen tener los cubos de caldo son grasa vegetal, colorantes amarillos, saborizantes artificiales, fécula de maíz, espesantes y aglutinantes.
La realidad es que es un producto altamente procesado, por lo que es recomendable que busques las opciones más naturales o hagas tus propios cubos caseros.