El virus del SARS COV 2 parece no querer dar tregua y sigue mutando. Este fin de semana la Organización Mundial de la Salud confirmó la existencia de una variante que combina dos variantes anteriores, Delta y Ómicron.
El organismo no ha detectado cambios en la epidemiología ni en la gravedad de esta cepa, que mezcla la variante delta y la variante ómicron. Las primeras infecciones de esta variante se dieron a conocer en enero, pero la comunidad médica no estaba segura de si se trataba de una contaminación durante el proceso de secuenciación.
Ahora, se confirma la existencia de una nueva mutación, lo que da pie a esta variante conocida como Deltacron.
Los síntomas pueden corresponder a cualquiera de los ya conocidos de las variantes delta y ómicron: fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, más común en la primera; y fatiga, dolor muscular, fluido nasal, más frecuente en la última.
Según Maria Van Kerkhove, epidemióloga de y parte del equipo técnico de la OMS, se han confirmado casos de esta variante recombinante en Francia, Países Bajos y Dinamarca, así como en Chile.
«La pandemia está muy lejos de haberse acabado. Hay que centrarse en reducir la propagación, no podemos permitir que se propague a niveles tan altos. No podemos tener a la gente en sus casas, pero tenemos que tener un enfoque de capas con test y con sistemas de vigilancia en marcha. Tenemos que pedir a todos los países que refuercen los sistemas de vigilancia para el futuro», sostiene Van Kerkhove.