En 1995 Juana, de tres años, desapareció en el Bosque de Chapultepec de la Ciudad de México. Después de 27 años de búsqueda, la joven fue localizada y pudo reencontrarse con su madre biológica.
La Fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, dio a conocer que después de su desaparición, el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes emitió un fotovolante de búsqueda ese año, pero fue hasta la aparición de las redes sociales que este volante fue visto por la desaparecida – quien hoy tiene el nombre de Rocío – en la página de una fundación. Ella misma se reconoció en la fotografía, tomada cuando apenas tenía tres años.
“Fue así como Rocío y la fundación se acercaron a la Fiscalía Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas, que de inmediato inició el trabajo pericial de toma de muestras genéticas, tanto a la posible madre, como a la que podría ser su hija.
Con toda la seriedad, con todo el profesionalismo que el caso ameritó, y antes del primer acercamiento entre madre e hija, por separado, a cada una de ellas, les explicamos cuál sería el procedimiento de toma de muestras, y se les informó del resultado de las pruebas a fin de prepararlas para el momento. El resultado fue positivo con una coincidencia genética de 99.999 por ciento”, apuntó.
Tras conocer los resultados, Rocío y Lorena lloraron y se abrazaron, en las instalaciones de la institución capitalina.
En un mensaje a medios, Godoy Ramos agregó que, en el transcurso de los próximos días, tras las entrevistas ministeriales con ambas mujeres, se podrá establecer qué ocurrió aquel primero de octubre de 1995 en el Bosque de Chapultepec, donde la pequeña fue vista por última vez.