La tensión entre la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña Hernández, y la ministra Lenia Batres volvió a encenderse durante la sesión plenaria de este día.
El punto de fricción: la interpretación del número de votos necesarios para anular o validar una norma.
Batres argumentó que la Corte no puede aplicar la literalidad de la ley de manera selectiva, planteando la posibilidad de integrar un Pleno de nueve ministros con una mayoría calificada de seis votos. Esta propuesta generó la reacción inmediata de la ministra presidenta, quien le solicitó a Batres evitar el uso de expresiones como «absurdo» durante la sesión.
La ministra Batres, al sentirse aludida, defendió su derecho a la libertad de expresión argumentativa, señalando que no se había faltado al respeto personal. Sin embargo, Piña insistió en que la sesión debe desarrollarse sin ofensas, pidiendo a los ministros que expresen su sentir si se sienten ofendidos.
Este intercambio de palabras pone de manifiesto la profunda división que existe dentro de la Corte sobre la interpretación de la ley y la forma en que se deben llevar a cabo las sesiones. La controversia sobre la literalidad de la norma y la libertad de expresión argumentativa promete seguir en la agenda de la Corte, generando un debate que podría tener importantes repercusiones en el futuro.