A diferencia de las esposas de otros narcotraficantes que dan declaraciones a la prensa y mantienen su vida pública después que sus maridos ingresan a la cárcel, la historia de María Elvia Murillo es diferente.
La empresaria es esposa de Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del cártel de Guadalajara e identificado como el hombre que cambió la historia del narcotráfico en el país, y quien empezó a romper con códigos tradicionales de la mafia, como respetar la vida de los familiares de sus enemigos.
Y aunque en agosto de 2008, los hijos de Félix Gallardo reaparecieron a través de un sitio web denominado www.miguelfelixgallardo.com con el que buscaban llegar hasta el entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa para que su padre obtuviera mejores condiciones carcelarias, de Elvia, nada se sabe.
Incluso resulta imposible encontrar en internet alguna imagen suya.
La segunda temporada de la serie Narcos México, de Netflix, recuperó el personaje de María Elvia y la dibuja como una mujer que tenía gran influencia sobre Félix Gallardo, principalmente en sus últimos meses en libertad, de los que disfrutaron de una reconciliación luego que la pareja se separa tras una serie de hechos en los que el narcotraficante habría traicionado a dos de sus aliados, Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto” y Rafael Caro Quintero. También se le señaló por el asesinato de Guadalupe Lejía, esposa de Héctor “El Güero” Palma, del cártel de Sinaloa, y sus dos hijos pequeños.
Félix Gallardo, el llamado “Jefe de Jefes” es el único de los fundadores del cártel de Guadalajara que sigue en prisión. Casi ciego y sordo cumple una sentencia de 37 años por el asesinato del ex agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, en 1985.
El entonces zar de la droga en México fue detenido el 8 de abril de 1989 y desde entonces permanece en prisión, recientes fotos lo muestran casi sordo y ciego.
“El Jefe de Jefes” nació en Culiacán, Sinaloa el 8 de enero de 1946, durante 17 años trabajó en la Policía Judicial del Estado donde fue asignado como escolta del entonces gobernador de Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis.
Durante su carrera criminal se giraron 15 órdenes de aprehensión en su contra. En 1977 se trasladó a Guadalajara, Jalisco, donde fundó el cártel de Guadalajara de la mano de Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, la que está catalogada como la primera gran organización criminal en la historia del narco.
Ser esposa de un narco
María Elvira Murillo es la segunda esposa de Félix Gallardo, si de ella se sabe poco, de la primera cónyuge del narcotraficante se sabe menos, sólo que murió de leucemia.
De acuerdo con el semanario Río Doce, de Sinaloa, ella era reconocida en la sociedad mexicana, lo que ayudó a su esposo a moverse en la alta alcurnia y expandir su industria durante los gobiernos de Alfonso G Calderón, Alfredo Valdés Montoya y Antonio Toledo Corro en Sinaloa.
A la boda de Gallardo y Murillo asistió el entonces gobernador Leopoldo Sánchez Celis, como padrino. Félix y su esposa fueron además los padrinos de boda del hijo de Sánchez, Rodolfo Sánchez Duarte con Theolenda López Urrutia.
La empresa de María Elvira en Guadalajara fue incautada por las autoridades federales después de la captura del líder del cártel de Guadalajara, en abril de 1989.
Sin embargo, en 2003, después de 15 años de litigio, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, ordenó regresar a Félix Gallardo cerca de 200 propiedades, entre terrenos edificios, casas habitación, vehículos y ganado que le habían sido asegurados.
Lo anterior está documentado en el expediente de amparo número 521/2000 relativo a la causa penal 103/86 y acumulada 72/98 instruida contra Félix Gallardo.
Entre los bienes que le fueron regresados, estaba la mueblería propiedad de María Elvia.
