El oleoducto más grande de Estados Unidos se vio obligado a cerrar toda su red luego de sufrir un ciberataque, informó ayer la compañía en un comunicado.
El ciberatque involucró “ransomware”, en la que los hackers congelaron las computadoras y exigieron un pago por desbloquearlas, mismos que, según The Washington Post, sí habría sido efectuado.
El Colonial Pipeline transporta gasolina y combustible para aviones desde la Costa del Golfo de Texas a la Costa Este a lo largo de unos 8,850 kilómetros de ductos, que atienden a 50 millones de consumidores.
En un comunicado, la empresa dijo que el viernes fue “víctima de un ataque de ciberseguridad” y que en respuesta desconectó sus sistemas.
Todas las operaciones del gasoducto fueron detenidas temporalmente afectando algunos de nuestros sistemas”, aseguró.
Colonial, con sede en Georgia, es el operador de oleoductos más grande de EU en volumen, y transporta diariamente 2.5 millones de barriles de gasolina, diésel, combustible para aviones y otros productos refinados del petróleo.
A menos que las medidas de ciberseguridad estén integradas en la fase de desarrollo de una tecnología, es probable que veamos ataques más frecuentes a sistemas industriales como oleoductos y gasoductos o plantas de tratamiento de agua”, dijo Algirde Pipikaite, líder de estrategia cibernética en el Centro de Ciberseguridad del Foro Económico Mundial.
Estados Unidos fue sacudido en los últimos meses por dos importantes violaciones a la seguridad cibernética: el hackeo masivo de SolarWinds, que comprometió a miles de redes informáticas del gobierno y del sector privado, del que oficialmente se culpó a Rusia.