Otro año, otro mito del fin del mundo. Hace algunas semanas (como suele suceder de vez en cuando) explotó en redes un rumor de que la Tierra sería destruida el 6 de mayo de 2022 a causa de un “impacto” del asteroide, en esta ocasión el 2009 JF1.
Sin embargo, la NASA ya desmintió esta nueva teoría de conspiración. Según los cálculos de la agencia espacial estadounidense, el asteroide 2009 JF1 tiene una probabilidad extremadamente baja de impactar contra la Tierra, exactamente un 0,00074%.
“Es un asteroide bastante estándar. Cuando hay un objeto sobre el que consideramos que merece la pena informar a los ciudadanos lo incluimos en un documento denominado ‘Close Approach Fact Sheet (CAFS)’”, algo así como “hoja técnica de aproximaciones cercanas”, afirma Detlef Koschny, científico de la Oficina de Defensa Planetaria.
Incluso si llegara a impactar, con sus diez metros de diámetro, el objeto espacial no podría causar un daño que signifique el fin de la humanidad. Cuando hay una que se acerca a nuestro planeta a 0,05 unidades astronómicas o menos (un equivalente a 7,4 millones de kilómetros), es cuando se le califica de “potencialmente peligroso” por la NASA.
Aunque es una realidad que nuestro planeta está rodeado de ellos, generalmente los meteoritos no impacten en la Tierra. La gran mayoría terminan desintegrándose al entrar en contacto con la atmósfera.
Para que un asteroide se considere como «planet killer» o destructor de planetas, este debe tener al menos un kilómetro de diámetro, y la probabilidad de impacto de uno de estos objetos es de una vez cada 60 o 100 millones de años.
Así que si tienes trabajo pendiente velo haciendo de una vez porque el mundo no se va a acabar el 6 de mayo.
