Manzanillo es un destino que se mece entre la apuesta por la actividad logística –es uno de los tres puertos más importantes de América Latina– y su vocación turística. La cima de la paradoja es quizá la remodelación de la Escollera de las Brisas, proyecto turístico impulsado por la Administración Portuaria Integral (API).
Con una inversión de casi 50 millones de pesos se creó una calzada que funge como paseo para los visitantes, creando un espacio que permite apreciar la vista del Canal de Navegación y las embarcaciones que ingresan al puerto.
Se colocaron bancas, iluminación y juegos infantiles con el objetivo de que los usuarios puedan pasar un rato agradable dentro de la Escollera.
En esta relación puerto-ciudad, las grandes maquinarias del puerto comercial se miran desde el renovado espacio.
Se recuperaron 250 metros de longitud de la Escollera, ampliando la calzada a 10 metros de ancho, colocando 20 mil toneladas de piedra en el cuerpo de la Escollera, suministro y 800 elementos precolados en el morro,
El inmueble está abierto desde las 7:00 y hasta las 21:00 horas para que las personas puedan ingresar a caminar y pescar, además de otras actividades recreativas. Siempre hay un vigilante a la entrada para controlar el acceso y apoyar en caso de un incidente.
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