Coca-Cola es un producto que se puede encontrar hasta en los rincones más recónditos de la tierra, y el lugar donde más se bebe está justo aquí en nuestro país. Chiapas es el lugar donde más se toma este tipo de refresco, y su consumo en ese lugar está relacionado con la alta prevalencia de diabetes mellitus.
Un estudio del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR) encontró que cada habitante de Chiapas bebe 821.25 litros de refresco por año, mientras que 160 litros es el consumo per cápita en todo el país.
El doctor en antropología social Jaime Page Pliego, encargado de la investigación, señala como causas la laxa legislación hacia las empresas refresqueras, las campañas de mercadotecnia en lenguas locales y la poca accesibilidad de agua potable de calidad y en cantidad suficiente para los habitantes.
El especialista también explica este aumento por la modificación de la vida social y religiosa de sus habitantes.
Según expone un artículo de la Alianza por la salud alimentaria, los líderes religiosos tradicionales de la zona comenzaron a sustituir el aguardiente de caña (pox) por refrescos durante sus prácticas rituales, estableciendo concesiones con la compañía Coca-Cola o PepsiCo que estaban incursionando en los mercados indígenas durante la década de 1980.
Esto provocó que los hogares de Chiapas destinaran el 38.4 por ciento de su ingreso en alimentos y bebidas no alcohólicas.
“Chiapas es un ejemplo de cómo las refresqueras han permeado en la cultura, la religión, la política y la sociedad, ocasionando el desplazamiento de otras bebidas. Es en este estado en donde las refresqueras han lanzado las prácticas comerciales más agresivas y en donde han logrado sus mayores ventas”, sentenció el director de la asociación civil El poder del Consumidor, Alejandro Calvillo.
Algunas soluciones que pueden ayudar a mitigar este problema es asegurar agua de buena calidad para todas las comunidades, aumentar el gravamen a las bebidas azucaradas, regular las campañas de comercialización, así como incluir un etiquetado adecuado en los productos.
Coca-Cola es, además, una de las industrias que tiene mayor impacto ambiental, pues es la empresa de bebidas procesadas que más consume agua en el país, usando al año 55 mil millones de litros de agua, ya que se requiere 69 litros de agua para elaborar 1 litro de refresco.