Este domingo nuevamente el Gobierno Federal compartir el dictamen de la muerte de Carlos Fernando Márquez Padilla García, coordinador de asesores de Pemex, quién se habría arrojado desde un doceavo piso de la torre de este corporativo, en el año 2024.
Otra vez sin testar, yo a conocer la entonces carpeta de investigación respecto a la muerte del exfuncionario, en el que se aprueba el no ejercicio de la acción penal definitiva y de la que se desprende que, con fecha 7 de octubre de 2004, se inició por delito de homicidio, cometido en agravio de Carlos Fernando Márquez Padilla, y en contra de quienes resulten responsables.
Así, se reveló detalles sobre la investigación previa, iniciada en la Fiscalía de Miguel Hidalgo, por el presunto homicidio. Según los informes, la directora del área penal de Pemex notificó al Ministerio Público que Carlos Fernando Márquez Padilla García, asesor en la dirección general administrativa de Pemex, aparentemente había caído desde el doceavo piso del edificio de la empresa, perdiendo la vida. La investigación incluye testimonios de testigos como Amador López Nava, Desiderio Martínez Bautista y Victoria Eufeno Martínez Ramírez.
En la conferencia mañanera de este viernes en donde se señaló que la familia de Carlos Fernando Márquez Padilla García está acusada de corrupción por tratar de encubrir su muerte en las instalaciones de Pemex como un accidente, con el objetivo de obtener pensiones millonarias, y posteriormente, ese mismo día, se dio a conocer el expediente sobre el ingreso, préstamos, pagos y colegiaturas pagados por Pemex al hoy occiso y su familia.
Además, se mencionan anotaciones encontradas junto al cuerpo inherte, y se describen las lesiones sufridas por la víctima, concluyendo en la posibilidad de un suicidio o un homicidio no comprobado.
Sin embargo, el Ministerio Público de la Fiscalía Desconcentrada en Miguel Hidalgo, determinó el no ejercicio de la acción penal al no encontrar elementos que refieran un homicidio. Los testigos refieren que el hombre no presentaba cuadros fuertes de depresión pese a que se había separado de su esposa, quién era asesora en Gobernación, del entonces secretario Santiago Creel Miranda, por lo que no consideraban que hoy mismo se hubiera arrojado. Incluso hubo quien dijo que estaba demasiado delgado y que pensaba que pudo haber perdido el equilibrio, cayendo al vacío.
Ninguno de los testigos tampoco refiere haberlo visto arrojándose, aunque su secretaria señaló que en diversos momentos le gustaba a él sentarse a fumar en la ventana, o inclinándose mucho hacia afuera.
Sin embargo, después trascendió en medios de información que el hombre sufría de una fuerte depresión con lo que se considera que en realidad su muerte se habría tratado de un suicidio, lo cual no beneficiaba a su viuda, según el Gobierno, ya que de esa manera pudo cobrar 17 millones de pesos de un seguro de vida, reembolso de gastos funerarios, prima de antigüedad, entre otras.
