Varios activistas han vivido en árboles como símbolo de protesta, pero Julia Hill parece ser la que más duró en uno de ellos.
Lo hizo para salvar una secuoya milenaria en el norte de California. Esta es su historia.
¿Qué haría para evitar que un majestuoso árbol de 1.500 años fuera víctima de las sierras de una maderera?
¿Arriesgaría su vida, habitando un espacio en las alturas no más grande que una cama sencilla, a la intemperie, pasando frío, hambre, dolor y aislamiento? ¿Cuánto aguantaría?
Pues Julia Butterfly Hill, una activista medioambiental, vivió en la cima de una milenaria secuoya en el norte de California durante 738 días para evitar que la talaran.
Sólo aceptó ponerle fin a su increíble protesta y bajar del árbol después de ganar su batalla para protegerla, así como el área que lo rodeaba. Varios activistas han ocupado árboles, pero se cree que la protesta de Julia es la que más ha durado.
«Creo que a quien quiera talar un árbol de estos debería ordenársele vivir en él durante dos años», dijo al programa Witness del Servicio Mundial de la BBC sobre su hazaña.
«Bellos y sagrados»
Las secuoyas son árboles monumentales. Foto: Getty images
Las secuoyas son árboles monumentales, oriundos de California, Estados Unidos.
Pueden crecer hasta alcanzar los 75 metros de altura, tener troncos de nueve metros de diámetro y vivir miles de años.
La MUJER que subió a un árbol y no bajo en dos años para que no lo talaran
«Cuando llegué a California por primera vez y entré en el primer bosque ancestral, quedé muy conmovida e impactada por lo bellos y sagrados que son y se sienten», comentó Julia a la BBC.
Desafortunadamente, desde la colonización del territorio californiano por culturas occidentales, la continua tala de este recurso natural diezmó los bosques.