Aquí, la gente espera la visita de sus difuntos con las puertas de sus casas abiertas para que los festejados puedan pasar. Un compacto y abigarrado cementerio rodea el templo colonial de San Andrés, preciosamente decorado por manos indígenas.
El amarillo de los cempasúchiles traza caminos de luz y pétalos, vistiendo los sepulcros viejos y recientes.
Vuelve la fiesta, después de la suspensión del festejo en 2020 a causa de la pandemia que mandó a todos a buen resguardo, y dio mucho de qué hablar y llorar en privado por los nuevos muertos sin velorio.
Ahora los vivos salen a celebrarlos finalmente.
El apego a la tierra y los cuerpos que esta guarda determina grandemente al pueblo nahua de Mixquic, en un confín geográfico de la Ciudad de México hacia el sur-oriente.
Alguna vez fue isla del lago de Chalco, cuando estas tierras eran pródigas en agua y sus canales y lagos eran camino, milpa y casa de los pobladores.
Para llegar a Mixquic ahora no queda de otra que surcar un rosario abigarrado de pueblos, barrios y colonias de Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac en poder absoluto de carros, autobuses, micros y motos.
Los efectos de la urbe llegaron hace mucho, pero no la ciudad en sí. Por algo sigue siendo una de las comunidades con mayor producción de hortalizas para la capital del país.
Los tres nuevos programas de Bienestar, que ya están avanzados, indicó la presidenta… Leer más
A partir de este lunes arrancará un programa contra la violencia al género… Leer más
Nalah logró el rescate de 17 personas, 12 de ellas con vida, durante… Leer más
Tras la extinción de siete órganos autónomos, el presidente de la Junta de… Leer más
México se mantiene en la mira de Países Bajos, pues dos empresas neerlandesas… Leer más