Cuando la celebración se convierte en tragedia no queda más que hacer que honrar a los afectados. Este fue el caso de Ruth Maguire, una mujer de 30 años que falleció la noche de su despedida de soltera.
Ruth decidió celebrar con sus amigas en un bar de Carlingford, Irlanda, sus últimos días de soltera. La fiesta fue larga y divertida, muchos de los asistentes tomaron tanto que olvidaron partes de la noche. Algunos despertaron al otro día en sus hoteles, pero Maguire no lo hizo.
Ella se iba a hospedar en una cabaña cercana, e incluso subió una historia a Instagram en la que aparecía caminando hacia el sitio.
”Se veía una puerta de una pequeña cabaña al otro lado de la carretera. (Ese sitio estaba cerca) a un muelle”, comentó Rachel Wilkinson, hermana de la fallecida, al diario Belfast Telegraph.
Nunca llegó a su cuarto. Al día siguiente nadie sabía su paradero, lo único que tenían era ese video que ella misma subió a redes sociales y, con eso, las autoridades emprendieron la búsqueda en los alrededores del lago.
Tras dos días de indagaciones y rastreos, el cuerpo de Maguire fue rescatado del lago Carlingford. La Policía de Irlanda calificó el hecho como un “accidente trágico” y enfatizó en que “no hay nada que decir” frente a lo que habría sucedido.
Ruth se despidió de todos y salió del bar antes de la medianoche. Al parecer, se habría desorientado en el camino y habría terminado ahogada en el lago.
”Al menos no nos quedamos con la incertidumbre de preguntarnos si alguien se la llevó. Inicialmente, mi mamá estaba preocupada de que un carro la hubiera atropellado”, mencionó Rachel.
La boda se transformó en un sentido funeral en que sus seres queridos la despidieron. Por solicitud de la familia, le pusieron el vestido de novia que tanto añoraba y la enterraron en su ciudad.
El sacerdote que presidió el funeral le dio el siguiente mensaje a su pareja, James Griffin: “Que ella te encuentre en el reino de Dios vestida de blanco”.