El fiscal de Morelos, Uriel Carmona, informó que el Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo, Guerrero, Monseñor Salvador Rangel Mendoza, pudo haber sido víctima de un «secuestro exprés», con fines de robo del dinero de sus tarjetas bancarias.
Tras la noticia de su desaparición, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carmona acudió personalmente a ver al obispo en el Hospital Doctor José G. Parres, en Cuernavaca.
Afirmó que el obispo está bien y para ello, mostró una fotografía que le tomó con su teléfono celular dentro del hospital.
Dijo que esperarán el informe médico para saber si puede declarar.
Señaló que todo apunta a un secuestro exprés con fines de robo de dinero de sus tarjetas.
Y la Secretaría de Salud de Morelos también informó que el obispo de Guerrero fue atendido inmediatamente y se encuentra estable.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) informó la tarde de este lunes que Monseñor Salvador Rangel Mendoza, Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo- Chilapa, se encontraba desaparecido, desde el sábado 27 de abril pasado.
Señaló que la última vez que se tuvo contacto con el obispo Salvador Rangel Mendoza fue el sábado en Jiutepec, Morelos, mientras se dirigía de regreso a Guerrero.
Ante ello, solicitó la pronta intervención de las autoridades de los tres niveles de gobierno para su localización.
Más tarde, dio a conocer que había sido localizado en el Hospital General “Dr. José G. Parres”, perteneciente al sistema de salud pública del Estado de Morelos, en Cuernavaca.
A través de otro comunicado, la CEM dijo que en cuanto se tenga más información acerca del estado de salud del obispo, y de las circunstancias de su localización las daría a saber.
La desaparición del obispo Salvador Rangel Mendoza generó gran preocupación, ya que es reconocido por sus esfuerzos de negociación con líderes criminales para restaurar la paz en Guerrero.
La última acción pública que tuvo fue la mediación entre Tlacos y Ardillos para alcanzar la tregua que, desde finales de febrero pasado, la que trajo un cese a los enfrentamientos que afectaban al transporte y al sector educativo en la región.
