Qatar siempre ha dependido de los migrantes para tener una fuerza laboral suficiente, pero nunca fue tan necesario como durante el mundial. El país reclutó a personas, incluso mujeres, para atender centros turísticos durante este surgimiento de viajeros.
Según la Organización Mundial del Trabajo, 94% de los trabajadores en todo el país es migrante, equivalente a más de 1.9 millones de personas de las poco más de 2 millones que desempeñan alguna actividad económica. De los trabajadores migrantes, las mujeres conforman apenas 13%.
El sector turístico es la excepción, pues es más fácil que una mujer consiga trabajo, así lo considera una mexicana que formó parte de la serie de contrataciones de Qatar, a través de una empresa externa.
“Me triplicaron el sueldo con casa pagada, en unos desarrollos que construyeron donde hay empleados de varias empresas. Algunos compañeros incluso pudieron traer a sus esposas; a nosotras nos ofrecían alojamiento para los niños, pero yo no tengo. La oferta no es igual para todos”, dice.
Desde antes del mundial, a Qatar llegaba el turismo de lujo de manera casi exclusiva. Los viajeros son predominantemente extranjeros y aunque en su mayoría del segmento de placer (59%), mientras el resto visita el país por negocios, es muy diferente a nuestro país donde 94% es viajero de placer y sólo 6% llega por negocios.
Con el mundial, la joven trabajadora mexicana espera que la diversidad de turistas se acentúe, y que algo de esos viajeros se quede, pero no todos. Y de ahí su temor respecto a la existencia de su empleo.
“Como guía dependo directamente de que haya turistas. Ahora mismo habemos muchos guías, y aunque el gobierno dice que van a llegar más turistas, es incierto”, dice Patricia.
Actualmente el gobierno qatarí tiene como meta crecer en más del doble en la recepción de visitantes, con 5.6 millones de personas previstas como meta para 2030.