Lo que pretende ser una nueva tendencia viral para las futuras madres podría convertirse en una crisis sanitaria. El video de una mujer dando a luz en la playa se volvió viral gracias al velo «místico» y la intención romántica que lo acompaña, pero expertos piden que se tenga cuidado, pues podrían poner en peligro tanto a la madre como al recién nacido.
Los partos en la naturaleza están de moda, pero tienen detrás un movimiento, el freebirth (nacimiento libre) que proclama “un parto holístico fuera del sistema médico”. Son una versión más radical del parto en casa y considerablemente más peligrosa, pues son un riesgo cuando aparecen complicaciones inesperadas.
obsessed with this women who recently freebirthed in the ocean pic.twitter.com/BvYRiWppDS
— Lucette (@fertilityqueen) June 3, 2022
En una playa puede haber complicaciones tanto para la madre como para el hijo. José Ramón Fernández, pediatra especializado en neonatología en el Hospital Santa Lucía de Cartagena, explica que este tipo de partos pueden provocar infecciones, hipotermias, neumonías, problemas de respiración. “En resumen: todo mal”.
Algo tan simple como el lavado de manos durante el parto fue toda una una revolución para la salud materno-infantil a mediados del siglo XIX. “¿Cómo hemos retrocedido a esto?”, se pregunta Fernández, que señala que el mar está lleno de microbios. “Incluso en los partos que se hacen en agua en entorno hospitalario ha habido casos de neumonías por aspiración de gérmenes que había en el agua, bien porque no se hace adecuadamente la desinfección o porque la mamá defeca mientras pare. Se dan casos de sepsis e incluso fallecimientos”.
Incluso en el vídeo de Twitter los médicos ven señales de alerta. “En el caso de este bebé lo que se ve es que nace hipotónico: está fláccido y tiene una respiración que no es normal, sino irregular, hace boqueadas. Es lo que llamamos respiración tipo gasping. Ante un caso así, en un hospital intentaríamos estabilizarlo con una cuna térmica, que tiene una fuente de calor, reposicionándole la cabeza y seguramente con algún tipo de soporte respiratorio, como una mascarilla con presión positiva que suministre oxígeno para que los pulmones se vayan abriendo. Todo eso no pasa en esa playa”, explicó el neonatólogo.
La temperatura del agua también es un problema, pues es bastante inferior a la del útero. Los bebés son incapaces de mantener la temperatura por sí solos y pueden entrar en hipotermia. “Esto favorece la hipoxemia (falta de oxígeno) y dificulta la transición del útero al neonato”.
A esto se le suma además el riesgo para la madre. Según la Organización Mundial de la Salud, cada día mueren en el mundo más de 800 mujeres en el parto, y en la mayoría de los casos se podría haber evitado con una asistencia adecuada. En países en los que los partos en el hogar están bien integrados en el sistema de atención a la maternidad, el riesgo de parir en casa es bajo, pero esto puede provocar un sentimiento falso de confianza que se traduzca en partos riesgosos llevados a cabo sin asistencia profesional.
En Holanda, por ejemplo, cuando se hacen partos en casa, en la puerta del domicilio hay un sistema de emergencia para trasladar a la madre en caso de necesidad, algo que no sucede en los partos en la naturaleza.
Hoy en día, dar a luz no debería ser una situación de alto riesgo, pero este tipo de tendencias provocan que así sea.
